No tengo otra orientación que tu perfume a violeta.
Me dijiste que me guiarías por el mapa de tus gemidos y sin embargo aquí estoy desnortado y ausente.
Solo me cabe esperar.
Tú me dictas el mapa.
Yo lo dibujo.
Tú me lo hurtas.
Yo lo intuyo.
El viaje es el camino.
En la espera está el placer.
Y mientras tanto yo me guio como los marinos antigüos.
Quizás en la Via Láctea pueda hallar una pista.
Aunque creo que será el olfato quién me conduzca.
Tu perfume a violeta.
Tus gemidos y tu ausencia.