lunes, 20 de septiembre de 2010

El abrazo del dragón.










Ella era un dragón. Un dragón hembra ¿o no se llaman así lo que todo el mundo diría "dragona"?

Definitivamente ella era un dragón.

--¿ Así que estás cocinando?, musitó tras una copa de sangría aquella calurosa noche de verano mientras yo sudaba gestionando la última barbacoa de agosto.

Parecía cómoda ante tanto calor, y yo, ingenuo de mí, no supe percibir sus ojos almendrados ni su pupila tiltilante.

Dias después, cuando supe que era un dragón, no pude evitar entregarme a sus abrazos y mientras lo hacía, pensaba qué muerte me gustaría más, si abrasado entre sus garras o devorado por su lengua de fuego.

¿Que es esto?

Son microrrelatos que me desahogan. Espero que te gusten