domingo, 16 de marzo de 2008

Puta vida esta.

Cuando me hizo la primera pregunta estuve a punto de espetar:

__ “Soy puta. ¿Acaso no se me nota?.

Pero me reprimí y acerté a mascullar:

__ “Estudio. Más o menos a mi aire pero estudio..”

__¿Y qué estudias?...


Mi cabeza iba a estallar, pensé para mí “..pués para Puta, no te lo acabo de decir..”, pero pensé en Fede y no podía hacerle esto a él. Me dijo que su amigo buscaba alguien para trabajar en su oficina. Que era una buena oportunidad para mí. Que me ayudaría a ordenar un poco mi vida. Me ayudaría a no dormir hasta las tantas. Me enseñaría a saber apreciar un salario mensual, aunque esa cantidad yo podía ganarla en una buena noche pero al menos no tendría que acostarme con diez tios. La verdad es que creí en todas esas cosas. Lo creí firmemente y por primera vez en mi vida estaba ante una entrevista de trabajo de verdad.

__Turismo, dije.

Fue lo primero que me pasó por la cabeza y recé para que no me hiciera más preguntas al respecto.

Cuando acabé la entrevista me sentí muy aliviada. Por primera vez en mi vida me sentí respetada como mujer. Incluso no me importó la sinceridad de mi entrevistador al decirme que el trabajo no era para mí. Que no me veía preparada. Después se despidió de mi con un cordial beso y me dio recuerdos para Fede. Que me había entrevistado por ser su amiga y que viniendo de él seguro que era una buena candidata. Pensé en llamar a Fede para darle las gracias pero decidí disfrutar de la mañana. Hacía tanto que el sol matinal no acariciaba mi cara.

__Hola Fede. Joder tío, antes de hacerle la primera pregunta estuve a punto de decirle :“Ya sé que eres Puta.” Pero me he cortado y creo que no se ha dado cuenta de que yo lo sabía.

El frío de Moscú.

Estaba cansada.

Todo el día en aquella jodida feria del lujo donde todo parecía tan artificial, tan ostentoso, de tan mal gusto.

Empezaba a estar harta de todo.

De aquellos nuevos ricos rusos apestando a vodka, con sus trajes a rayas, su colonia rancia, y no podía evitar imaginar que a pesar del oro que llevaban colgando, sus calcetines tenían tomates y su slip era un abanderado de color marrón. Ellas con unos pelos completamente ochenteros que parecían sacadas de un videoclip de Abba, siempre tras ellos, siempre con medias, siempre altas, siempre rubias. Parte del lujo.

Llegó derrotada al hotel, sin comer, sin haber dormido los días anteriores y con el frío de Moscú cogido al tuétano. Tanto frío tenía que se tumbó en la cama con el abrigo puesto. Decidió que no llamaría hoy a su novio. Empezó a pensar y empezó a llorar. No sabía muy bien porqué pero no le desagradaba la sensación. Al menos llorar le provocaba calor en las mejillas.

Pensó “mañana estaré en Benidorm” y se quedó dormida.

¿Que es esto?

Son microrrelatos que me desahogan. Espero que te gusten